Los primeros treinta días se consideran como el período de probatoria para determinar si se ha demostrado verdadero interés, esfuerzo y una actitud de querer aprender y dejarse guiar. De ahí depende el que se pueda continuar en el programa. Durante este periodo no habrá privilegios de pase ni de llamadas telefónicas.

Al terminar  es evaluado por el comité de evaluación y disciplina, y es ahí donde se determinará si se ha aprobado ser satisfactorio o insatisfactorio. De ser hallado satisfactorio comensara con el curriculum de estudio y se le dara el plan de restauracion. De ser hallado insatisfactorio, no podrás seguir en el programa.

Esta fase dura seis meses y progresivamente va ayudando a desarrollar una comprensión más profunda de las Escrituras y de quién uno es en EL PADRE.

Además, provee la oportunidad de enfatizar en la práctica y evaluación personal diaria de principios tales como la obediencia, la sumisión, la integridad, entre otros, a la luz de las Escrituras.

Mientras se aprovecha esta oportunidad y se le permite al Padre cambiar las áreas de la vida que nos ataban, descubrirá el gozo y libertad que se adquiere cuando se vive de acuerdo con la Escritura como Hijo, es aquí donde se rompe la orfandad, y la paternidad es revelada. Vemos que ha continuado cambiando y creciendo y que está listo para recibir un nuevo reto. Por haber terminado exitosamente será promovido a la siguiente fase.

Consta de dos etapas:  1) Ministerial – Desafío/Acción    -    2) Re-Entrada – Planificación/Metas

Ministerial – Desafío/Acción: La duración de esta fase es de dos meses. Exige poner en acción todo lo qu ue hasta aquí ha aprendido. En esta fase alcanzará una madurez espiritual, una intimidad con el Padre.

Al terminar esta fase el estudiante debe haber: completado 8 Meses de programación, completado todos los requisitos de estudios y trabajo y exhibir un cambio verdadero que demuestre al Señor Jesucristo como cabeza de su vida.

Re-Entrada – Planificación/Metas

Esta etapa es un periodo de dos meses y requiere que como discípulo estés preparado y dispuesto a responder al llamado de “IR” conforme a la voluntad del Padre para tu vida. Tendrás la oportunidad de completar esta etapa en una de varias formas:

• Sirviendo en otro Centro de entrenamiento de discipulado y ayudando en el desarrollo de otros discípulos.
• Sirviendo en la iglesia Madre ayudando en el desarrollo de su visión.
• Sirviendo de misionero en otro país supliendo diferentes necesidades.
• Otras oportunidades ministeriales disponibles en el momento.